18 DE ABRIL 2017: PRESENTACIÓN DE LOS TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN
Escrito por Angeles de Dios Gonzalez, miércoles 19 de abril de 2017 , 20:50 hs , en EXTRAESCOLARES

NOTA DE PRENSA DE LA UNIVERSIDAD DE LEÓN

No es fácil. Mucho trabajo, mucha investigación, mucha coordinación. Sacar tiempo cuando el tiempo se agota entre clases, trabajos, exámenes. Tiempo de vacaciones para investigar, para aprender, para organizar. Ilusión, agobios, nervios. Y al final vuestros trabajos de investigación y la defensa magnífica de ellos, ayer, en vuestra exposición oral, en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras. Ha sido un placer disfrutar de ellas. Enhorabuena a todos. 



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  • mesa acero inoxidable el jueves 15 de mayo de 2025, 00:01 hs

    Diferencias básicas entre el acero inoxidable 304 y 316

    A simple vista, tanto el acero 304 como el 316 parecen iguales, pero no lo son. Ambos se usan mucho en cocinas por su resistencia y aspecto limpio, pero hay diferencias entre el acero inoxidable 304 y 316 que influyen mucho cuando hablamos de durabilidad, costos y condiciones de uso. El 304 tiene cromo y níquel, lo que lo hace fuerte para usos comunes. El 316, en cambio, incluye molibdeno, que mejora su defensa contra la corrosión. Por eso, si vas a elegir una mesa acero inoxidable para un entorno exigente, esta diferencia no se puede ignorar.

    El acero 316 resiste mucho mejor la humedad y los químicos

    Cuando se trata de aguantar climas duros o ambientes húmedos, el acero 316 se lleva la medalla. Su contenido de molibdeno lo hace ideal para resistir la corrosión que provocan el cloro, la sal o los productos de limpieza agresivos. Es por eso que lo usan en cocinas de costa o en laboratorios. Las mesas acero inoxidable hechas con 316 duran más cuando hay contacto constante con agua, vapor o químicos. Aunque el precio es más alto, esa resistencia extra evita problemas a largo plazo. Si trabajas en un lugar extremo, el 316 es tu mejor opción.

    El acero 304 cumple perfectamente en cocinas comunes

    El acero inoxidable 304 es más que suficiente para cocinas donde no hay exposición constante a ambientes agresivos. Es resistente, económico y fácil de mantener. Si tu cocina es doméstica, o incluso profesional pero sin condiciones extremas, el 304 es la opción inteligente. Una mesa de acero inoxidable hecha con este material puede durar años sin oxidarse ni deformarse, siempre que la cuides bien. Además, su costo es más accesible, lo que lo hace popular en muchos restaurantes y negocios pequeños. Es la opción perfecta si no necesitas ese extra de resistencia que ofrece el 316.

    Estéticamente son parecidos, pero el tiempo los diferencia

    A nivel visual, no notarás grandes diferencias entre el acero 304 y el 316. Ambos lucen brillantes, lisos y modernos. Pero con el paso del tiempo, y sobre todo en condiciones duras, el 304 puede empezar a presentar manchas o cambios en el acabado. Las mesas acero inoxidable fabricadas con 316 se mantienen más estables frente a esos cambios. En cocinas abiertas al público o en negocios donde la estética importa tanto como la funcionalidad, esta diferencia sí puede marcar una gran ventaja. No se trata solo de aguantar, sino también de lucir profesional siempre.

    Limpieza y mantenimiento: puntos clave para decidir

    Los dos tipos de acero son fáciles de limpiar, pero el acero 316 ofrece más tranquilidad si usas productos fuertes o limpias con frecuencia. Puedes desinfectarlo con químicos sin preocuparte por manchas o corrosión. En cambio, el 304 requiere un poco más de cuidado para evitar que pierda su brillo. Por eso, si vas a limpiar tu mesa acero inoxidable muchas veces al día o con productos potentes, el 316 puede ahorrarte dolores de cabeza. En ambientes con normas sanitarias estrictas, como hospitales o laboratorios, este punto es muy importante.

     

    La elección depende del entorno y del uso diario

    No hay un acero mejor que el otro en general, todo depende del lugar donde lo uses. Si estás en una zona sin mucha humedad y no trabajas con químicos fuertes, el acero 304 funciona perfecto. Pero si necesitas resistencia extra porque estás cerca del mar o trabajas con líquidos agresivos, el acero 316 es más seguro. Al elegir una mesa de acero inoxidable, no te fijes solo en el precio. Fíjate en cuánto uso le vas a dar, en qué condiciones y cuánta durabilidad necesitas. Esa elección te puede ahorrar muchos problemas en el futuro.

    Precio, disponibilidad y lo que debes considerar

    Sí, el acero 316 es más caro, pero su durabilidad lo justifica en muchos casos. Eso sí, no siempre lo encuentras tan fácil. Muchas tiendas solo tienen modelos estándar en 304 porque es lo más pedido. Si quieres algo más resistente, tendrás que buscar proveedores que ofrezcan opciones personalizadas. Las mesas acero inoxidable en 316 suelen pedirse bajo encargo o en tiendas especializadas. Pero si trabajas en una cocina con alta demanda, vale la pena invertir. A largo plazo, el 316 puede salirte más barato que tener que reemplazar mesas dañadas cada poco tiempo.



  • Karina L. el martes 22 de julio de 2025, 18:17 hs

    Centros comerciales y la trampa invisible: el fuego no espera a nadie

    Centros comerciales y la trampa invisible: el fuego no espera a nadie.

    La seguridad contra incendios en centros comerciales no admite aplazamientos

    Los centros comerciales no son solo templos del consumo; son también espacios complejos, vulnerables y de altísimo tránsito humano. A diario, miles de personas caminan por sus pasillos, acceden a tiendas, entran y salen de locales de restauración, y muy pocos —casi ninguno— piensan en lo que ocurriría si, de pronto, todo se tiñese de humo.

    Pero nosotros sí debemos pensarlo. Porque cuando hablamos de incendios, el margen de improvisación es cero. Un solo fallo en el sistema puede convertirse en un desastre en cadena, y eso no se permite ni se perdona.

    Exigencias estructurales innegociables

    La legislación lo dice claro, pero el sentido común aún más: no puede haber centro comercial sin un sistema robusto de prevención y extinción de incendios. Aquí no se trata de cumplir por cumplir, sino de anticiparse al peligro real. Rociadores automáticos de agua, detectores en todas las plantas, sistemas de control de humos diseñados con cabeza y, lo que a menudo se pasa por alto, rutas de evacuación claras y perfectamente señalizadas.

    Una vía de escape no es una opción estética ni un guiño normativo. Es, literalmente, el camino que puede salvar una vida.

    La función vital de las bocas de incendio equipadas

    En este punto, conviene hablar alto y claro de un elemento tan esencial como frecuentemente ignorado: las bocas de incendio equipadas. Si hay una emergencia, no se puede andar buscando una manguera como quien busca una oferta de temporada. Estas instalaciones deben estar visibles, operativas y correctamente mantenidas.

    Nada de compartimentos oxidados

    Nada de compartimentos oxidados o válvulas que no abren. Las bie incendios deben funcionar con la precisión de un reloj suizo, y su distribución por el centro debe ser estratégica, permitiendo que en menos de 25 metros cualquier persona pueda acceder a una de ellas. Y sí, esto también se aplica a trasteros, zonas de carga, almacenes y cuartos técnicos, no solo a las áreas "bonitas" de cara al público.

    La evacuación debe ser un guion aprendido, no una improvisación

    No basta con que haya salidas. Hay que saber llegar a ellas. Y eso solo se consigue con planificación, formación y práctica. Todos los trabajadores del centro comercial —desde vigilantes hasta dependientes, personal de limpieza y mantenimiento— deben saber qué hacer, cómo hacerlo y cuándo actuar ante una emergencia por fuego.

    No hablamos de un escenario de película, sino de algo que puede ocurrir cualquier tarde cualquiera. Por eso, los simulacros no son trámites: son ensayos vitales para garantizar la reacción correcta. La seguridad no se improvisa, se ensaya. Y se ensaya en serio.

    El papel silencioso pero decisivo de las empresas protección pasiva contra el fuego

    A menudo, lo más importante es lo que no se ve. Y en materia de seguridad contra incendios, eso lo encarnan las empresas protección pasiva contra el fuego. Estas firmas no venden humo; lo combaten antes de que aparezca.

    Son las responsables de instalar materiales ignífugos, sellados de paso que evitan la propagación de las llamas entre sectores, puertas RF que resisten altas temperaturas durante minutos preciosos, y revestimientos especiales que retrasan el colapso estructural del edificio.

    No hacen ruido. No salen en las fotos. Pero cuando todo falla, su trabajo es lo que aguanta el tipo. Apostar por estas empresas no es un gasto, es una inversión en seguridad real.

    La integración tecnológica: el futuro que ya es presente

    Los centros comerciales de nueva generación incorporan tecnología predictiva, sensores térmicos y plataformas de gestión inteligente de riesgos. Todo está interconectado: temperatura, humo, presencia humana, sistemas de extracción y cierre de compuertas.

    Pero esta digitalización no puede suplantar el mantenimiento físico, regular y riguroso de todos los componentes clásicos: extintores, hidrantes, pulsadores, señales, iluminación de emergencia, puertas cortafuegos… Un sistema digital es tan seguro como lo sean sus bases materiales.

    Mantenimiento, inspección y responsabilidad: los tres pilares de una política seria

    Un extintor que caduca, una BIE que pierde presión, una puerta que no cierra bien, una señal tapada por una estantería… todo eso no son detalles, son faltas graves que pueden costar vidas.

    El mantenimiento debe ser periódico, reglado y certificado. Las inspecciones deben ser hechas por profesionales formados y autorizados, no por el primo del jefe de mantenimiento. Y la responsabilidad debe estar clara y documentada. Porque si algo falla, habrá consecuencias legales, económicas y reputacionales.

    Cultura de seguridad: el ingrediente que no puede faltar

    Se puede tener el mejor sistema del mundo, pero si nadie lo respeta, no sirve de nada. La cultura de seguridad contra incendios debe estar presente en la gestión diaria del centro comercial. Debe estar incluida en la formación inicial del personal, en la señalética interna, en la relación con las tiendas y hasta en los contratos con proveedores.

    Todos deben saber que la seguridad es una prioridad irrenunciable, desde el director general hasta el último operario que cambia una lámpara.

    No hay excusa cuando hay riesgo real

    Los centros comerciales son espacios seguros solo si se trabaja día a día para que lo sigan siendo. Y esa seguridad empieza por reconocer el peligro y actuar en consecuencia. Las bocas de incendio equipadas, las BIE incendios, los rociadores, las salidas señalizadas, los materiales ignífugos, los simulacros y las auditorías no son opciones, son obligaciones.

    Cuando todo esto se cumple, entonces sí podemos abrir las puertas, encender luces y dar la bienvenida a los visitantes. Pero no antes.