Los alumnos de 2º A han querido celebrar este día regalándonos unos dibujos para desear paz y no violencia en el mundo
En ciudades como Sevilla, donde los espacios públicos son cada vez más valorados por su limpieza y mantenimiento, el papel de las empresas de limpieza que se especializan en retirar los desechos de mascotas, especialmente perros, se ha vuelto esencial. Las calles, parques y zonas comunes deben mantenerse en condiciones higiénicas no solo por estética, sino también por salud pública. Las empresas del sector han adaptado sus servicios para responder a esta necesidad creciente. Con el aumento de mascotas en los hogares, la demanda de limpieza específica tras animales ha crecido exponencialmente en los últimos años.
Una empresa de limpieza Sevilla que ofrezca servicios post-mascotas no solo debe contar con equipos especializados, sino también con personal capacitado para trabajar en entornos urbanos de alta circulación. Estas empresas están adoptando tecnologías como equipos de agua a presión, productos biodegradables y sistemas de detección de zonas afectadas por residuos animales. Este tipo de servicio se solicita tanto por parte de particulares como por comunidades de vecinos y ayuntamientos. Además, muchas empresas incluyen en su oferta limpieza de fachadas afectadas por orines, lo que aporta valor añadido a su actividad comercial en la ciudad.
Para que una empresa pueda ofrecer servicios de limpieza profesional en la vía pública o espacios comunes, es imprescindible contar con una licencia de actividad emitida por el ayuntamiento correspondiente. Esta licencia garantiza que la empresa cumple con todos los requisitos legales, ambientales y de seguridad laboral. En Sevilla, la normativa es muy estricta en cuanto a este tipo de actividad debido a la interacción constante con ciudadanos y mascotas. Por eso, cualquier empresa de limpieza que aspire a trabajar en este sector debe contar con una documentación perfectamente en regla y actualizada para evitar sanciones.
Muchas empresas de limpieza en Huelva han servido de ejemplo en cuanto a innovación en el sector de limpieza tras animales. Esta provincia ha sido pionera en el uso de sistemas de mapeo para identificar zonas con alta incidencia de residuos caninos. Estas prácticas, exitosas en Huelva, están siendo replicadas por empresas de Sevilla que buscan mejorar sus estándares de calidad. La colaboración entre municipios también ha facilitado el intercambio de protocolos, aumentando así la efectividad del servicio. Este enfoque colaborativo ha generado un modelo que podría aplicarse en más ciudades andaluzas con resultados igualmente positivos.
Uno de los pilares de las empresas modernas dedicadas a la limpieza tras mascotas es el respeto al medioambiente. Para ello, se utilizan productos ecológicos que no dañan ni a las personas ni a los animales. Las empresas sevillanas buscan minimizar el uso de químicos agresivos y reducen el consumo de agua a través de sistemas eficientes. Además, muchas han incorporado vehículos eléctricos a sus flotas, lo que demuestra un compromiso real con la sostenibilidad. Este enfoque responsable es también un factor diferencial a la hora de elegir un proveedor de servicios en zonas urbanas sensibles y de alta exposición.
Las campañas de concienciación sobre la importancia de recoger los excrementos de los perros son tan necesarias como el trabajo de las empresas de limpieza. En Sevilla, varias campañas han contado con la colaboración directa de estas empresas para reforzar el mensaje. A través de charlas, señalización y materiales gráficos, se busca reducir la reincidencia de comportamientos irresponsables. Este tipo de sinergia entre el sector público y privado demuestra que la solución pasa tanto por el servicio eficiente como por la educación de la ciudadanía en hábitos responsables.
La innovación también ha llegado a las empresas de limpieza que operan en Sevilla. El uso de tecnología como sensores para detectar áreas contaminadas, apps para reportes ciudadanos y drones para monitoreo de zonas verdes ha transformado el sector. Estas herramientas permiten una respuesta más rápida y eficiente ante problemas puntuales. Además, muchas de estas innovaciones nacen de la colaboración entre empresas tecnológicas y operadoras del sector limpieza, creando así soluciones adaptadas al contexto local. Esta evolución tecnológica mejora la calidad del servicio y refuerza la confianza del cliente en la eficacia de las intervenciones.
Extintores en el hogar: lo que nadie le cuenta y usted debería saber.
Mire usted, no es de recibo que hoy en día, con todo el conocimiento que tenemos a mano, sigamos viviendo en casas que están peor equipadas que un chiringuito de carretera en agosto. Que si el microondas, que si la freidora sin aceite, que si Alexa y sus monerías… pero ni un mísero extintor a la vista. Y luego pasa lo que pasa, que nos pilla el toro y no hay quien lo toree.
Porque sí, en este país nos gusta mucho lo de improvisar, pero cuando se trata del fuego, no hay margen para heroicidades de última hora. Tener un extintor en casa no es una opción decorativa, ni una excentricidad de cuñado que vio muchos documentales. Es una necesidad. Y, permítame que le diga, es también una cuestión de responsabilidad elemental.
Aquí no valen esas comparaciones facilonas que le sueltan por ahí tipo “en el contexto del hogar moderno…”. No, señor. Hablemos claro y sin florituras. Hay que tener en cuenta dónde lo va a colocar usted y para qué lo va a usar. No es lo mismo una cocina con vitrocerámica que una donde se fríe hasta el café. Porque sí, hay quien lo hace.
El extintor doméstico más recomendable es el de polvo ABC de 1 kg o 2 kg, porque sirve pa’ casi todo: fuegos sólidos, líquidos e incluso eléctricos. No ocupa mucho, se cuelga en una pared, y ahí está, calladito, hasta que le toca actuar. Y cuando actúa, amigo mío, actúa de verdad.
Eso sí, huya del CO₂ salvo que sepa muy bien lo que hace. No es para andar jugando. Los de espuma son más limpios, sí, pero menos versátiles. Y como esto no es una boutique del fuego, sino su casa, apueste por la funcionalidad.
Y llegamos al meollo del asunto. ¿Dónde y cuándo es obligatorio tener un extintor? Pues no le van a mandar la Guardia Civil por no tener uno en casa, pero en cuanto pisa usted un garaje comunitario, un local comercial o una vivienda turística, la cosa cambia. Ahí sí hay normativa que manda y no perdona. Cada espacio tiene su legislación específica, y hay que cumplirla con la misma seriedad con la que se paga el IBI.
En viviendas particulares, no es obligatorio por ley tener un extintor, pero no se engañe: eso no significa que no sea necesario. Más bien al contrario. Si usted tiene escaleras, una instalación eléctrica antigua, una cocina de gas o simplemente sentido común, lo va a querer tener. Créame.
Y si vive en una comunidad de vecinos, revise bien las normas internas. Hay garajes que, por superficie, deben tener uno cada 15 metros, señalizado y con mantenimiento al día. No lo decimos nosotros, lo dice la ley. Pero claro, a ver quién la cumple…
Esto no es una reliquia que su suegra le regaló y usted quiere disimular. El extintor tiene que estar accesible, visible y libre de obstáculos. Lo ideal: en la cocina, a la entrada del pasillo, cerca de la puerta. No lo meta dentro del armario bajo el fregadero, por Dios, que luego a ver cómo lo encuentra con los nervios.
Cada extintor tiene una vida útil que ronda los 20 años, pero eso no significa que usted pueda olvidarse de él como de aquella planta que nunca regó. Hay que hacer revisiones periódicas: una visual cada tres meses (que la aguja esté en verde, que no tenga óxido ni abolladuras), una revisión anual por técnico autorizado y una retimbración cada cinco años. Si no sabe lo que es eso, búsquelo. O mejor: llame a un profesional.
Porque si no está operativo, el día que tenga un incendio se va a llevar una sorpresa peor que la factura de la luz. Y ese día no hay tiempo para lamentos ni para tutoriales de YouTube.
¿Es caro un extintor? Hombre, no es un paquete de pipas, pero por 20 a 40 euros puede usted dormir tranquilo. Algunos se gastan más en una cena de sushi que en proteger su vivienda. Así nos va.
Y si tiene segunda residencia, coche, caravana o barco, también le conviene tener uno ahí. Porque el fuego no avisa, ni entiende de códigos postales.
Compre extintores con certificado CE y marcado de homologación.
Evite los de dudosa procedencia en plataformas online.
No manipule el extintor usted mismo si no sabe cómo hacerlo.
Si lo utiliza, aunque sea un poco, sustitúyalo o recárguelo inmediatamente.
Revise siempre el estado del precinto y la boquilla.
Nos pasamos la vida decorando el salón, comprando muebles y buscando el jarrón perfecto. Pero lo que de verdad puede marcar la diferencia entre un susto y una tragedia, es eso rojo, discreto y eficaz que cuelga junto a la puerta.
El extintor no es un lujo ni un capricho. Es un seguro de vida silencioso.
Y como decía mi abuela: “el que tiene prevención, tiene medio camino hecho”.